El agua de sus termas viene de 1260 mts. de profundidad, con un caudal constante y una temperatura que oscila entre los 42 y los 43 grados centígrados.
Nuestras aguas termales no son una panacea para todas las dolencias, pero si pueden ser un paliativo para muchas de ellas, porque: Estimulan las defensas del organismo Depuran la sangre eliminando toxinas por sudoración y diuresis Reactivan el metabolismo Reeducan el sistema termorregulador (enorme importancia para los reumaticos, que han perdido capacidad de adecuarse a los cambios ambientales).
Provocan una dilatación en la red vascular de la piel, con el correspondiente flujo sanguíneo tornándola más resistente al frío. Tienen efecto revitalizadores sobre células y tejidos. Se han obtenido resultados analgésicos y antiespasmódicos. Son sedantes del sistema nervioso.
Reumatismos crónicos inflamatorios, pasada ya la fase aguda-Artrisis reumatoidea, seropositivas o negativas, formas juveniles, etc..
Hay que tener en cuenta que si las indicaciones favorables son importantes, también lo son las contraindicaciones, pues dado el carácter excitante y estimulante de estas aguas, no siempre es recomendable su uso en frases agudas o en brotes de reagudización de algunas enfermedades como: Ulceras gástricas - Cardiopatías descompensadas - Hipertensión severa - Nefritis - Procesos - asmáticos en crisis - Tuberculosis - Distintos tumores y cáncer.